Yo no lo elegí 31

Me acerque a la primera casa que había y crucé el portón, era de madera y rejilla, una puerta de madera me recibía, tenía en mis manos las cositas para vender y una mochila llena de ilusiones…

Toc.. Toc.. Toc.. Toc..
Bum bum bum bum, hacia mi corazón, ni siquiera sabia que decir, una señora me abrió la puerta y quede casi helado…

Bue bue buenos días, mi nombre es Manuel y le vengo a ofrecer estas cositas que ando trayendo…

Ella me miró con curiosidad, esperando que le mostrara algo, yo ni me di por aludido, esperando alguna respuesta, hasta que ella me dijo… «pero que vendes» y ahí recién me di cuenta que no le había mostrado nada, y me largue a reír…

Ella se rió también y eso sin duda me ayudo para romper el hielo y matar mi nerviosismo, rápidamente abrí mi mochila y le mostré las cositas que llevaba, ella se intereso en un par de cosas y me preguntó el valor, yo agregue un poco a lo que me había costado, la idea era vender rápido, pero no caro, así que mi primera «clienta» aceptó rápido, fue mi primera venta, una docena de perros de ropa y un colador, yo le sonreí y le agradecí por su amabilidad y confianza en un desconocido, ella sonrió nuevamente…

Ya al despedirme, casi por instinto le pregunte si por el sector existía alguna persona que hiciera «pan amasado», y no es que tuviera hambre, sino que era el único hilo del cual podría tirar para llegar donde mi madre y familia…

Ella lo pensó un instante y me indicó una casa a unas 4 cuadras del lugar donde estábamos, lo anote en mi mapa y le agradecí nuevamente…

Y así avancé durante las siguientes horas marcando mi mapa, cuadra por cuadra, golpeando puerta a puerta, el 90 por ciento me abría, les saludaba y les mostraba los productos que traía, no me fue difícil vender de a poco lo que compré en la mañana, de a poco pude ver como, con un poco de simpatía y respeto la gente no tiene problemas en aceptar una venta de ese tipo…

Habían pasado apenas un par de horas y ya no me quedaba mucho, tuve la suerte de haber vendido casi todo, así llegué, sin querer a la casa que me había indicado como donde hacían pan amasado…

Y desde unos metros antes pude sentir el aroma de la leña quemándose, de la masa adquiriendo forma, algo tan familiar, pero a la vez tan lejano…

Con miedo me acerque a la casa, golpee en la puerta y unos pasos se acercaban donde estaba yo parado…

Senti abrir la puerta y mi corazón se aceleró, se detuvo cuando vi la silueta de quien estaba frente a mí….

Y era una señora de pelo blanco, tez morena y unos ojos que hablaban por si solos de lo doloroso de su vida…

La salude amablenente, ella me miro extrañada, le pregunte si necesitaba alguna de las cositas que andaba trayendo, ella me dijo que no con su cabeza, yo le dije que gracias, pero antes debía hacer algo sin dudas, le pregunte si tenía pancito amasado y ella me dijo que si, le pedí que me vendiera 3 para poder disfrutar de su trabajo, ella me miro extrañada, quizás por lo que le dije, quizás por mi patudez, no lo sé, pero al instante estaba con una bolsita de papel en su mano, al interior tenía 3 redondos y calentitos panes amasados que atesore con el alma, era un poquito de mi madre, era un poquito de mi pasado…

Luego de aquella anécdota, seguí mi sagrada visita a cada cuadra del mapa, no fue mucho más lo que avancé antes de que se me acabara todo lo que traía, la verdad es que me había ido excelente y me gustaba la venta, me salía como natural saludar a la gente y ofrecerle algo, sumado a la búsqueda de alguien que al parecer se empecinaba en desaparecer…

Me volví a Concepción en el mismo bus donde llegué, me fui a la pensión donde alojaba y la dueña de casa me preguntó como me había ido, le agradecí por su idea y le dije que excelente, al final en un par de horas había ganado lo suficiente para estar casi 4 días en el lugar…

Ya estaba sacando números y al día siguiente sin duda tenía que comprar más cosas, las un lleve el primer día se me hicieron pocas, eso me alegro más aun y me dejo motivado para seguir…

Durante la tarde, con el enorme tiempo que me sobró, volví a ir a la cueva de Tango, la niña que me había atendido amablemente me miraba de reojo, al igual que yo, era como un baile que teníamos ambos, era como si yo me acercara y ella se moviera, luego ella se acercaba y yo me movía, al final solo anoté los productos, los iría a comprar al día siguiente, al irme pude escuchar desde lejos un «adiós», era sin duda aquella niña…

La noche fue un pestañeo y la mañana siguiente me levante temprano para seguir lo que yo consideraba mi «trabajo», me dirigí al local de siempre y saque mi lista para hacer el pedido, si, debo ser sincero, de reojo veía a aquella niña y esperaba estuviera desocupada para que me atendiera, ella igual sonreía con sus compañeras, algo había, sin dudas…

Apenas terminó de atender, me dirigí a su sector y me miro de frente, le pregunte si podía tomar mi pedido y ella, casi un poco nerviosa, me asintió con la cabeza…

Nos fuimos moviendo por el local, a medida que le pedía los productos, en la mitad del proceso me atreví a preguntarle como se llamaba, de sus labios salió un «Camila»…

Yo siempre he sido olvidadizo, no soy bueno para los nombres, a veces debo preguntar dos o tres veces para recordar bien, en este caso, al parecer no era necesario, en mi cabeza resonaba su nombre una y otra vez..

Al instante y con un chispa que de ella emanaba, me preguntó mi nombre, le respondí «Manuel» y salió de su boca otra sonrisa, algo sin duda era oficial, mis ojos se habían enamorado de sus labios y mis gestos lo evidenciaban…

Pague mis cosas y me despedí de Camila, meti las cosas a mi mochila y como eran más no me alcanzaron todas, tuve que llevarlas en una bolsa, nuevamente mis pasos se dirigieron al sector Las Canchas de Talcahuano, me bajé en la última cuadra marcada y continue con mi rastreo personal…

Avancé nuevamente varias cuadras, la gente muy amable me compraba los productos y yo cumplía mi propósito de buscar a mi madre, todo avanzaba tal cual lo tenía planeado, todo avanzaba según lo que deseaba…

Pero el destino o la suerte nunca se muestra completa, los momentos felices son cortos y no exentos de problemas…

Avanzaba en mi trabajo, sin hacerle mal a nadie, sin molestar a nadie, cuando un tipo malagestado, con cara de pocos amigos se acerca para haberme, nunca he desconfiado de las personas, pero esta vez entendí que no se puede ser así de por vida…

23 thoughts on “Yo no lo elegí 31

  1. Amigos penquista le dio mido segir con el relato de esta historia o le pagaron por no segir porq usted sabe q esta historia es políticamente hablando espero me pueda dar una respuesta gracias

  2. se acabo la historia?…ya han pasado mas de 2 meses sin saber nada , deberías hacer un resumen y publicar el final, no es bueno dejar las historias inconclusas.

  3. Mentiroso, erew un chanta igual q los politicos que denuncias, todo para hacerte conocido, seguro mas adelante te postulas para algun cargo politico chanta de mierda…

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