Ignacio tiene siete años y según contó su mamá en declaraciones que reprodujo Cooperativa, es fanático de la serie Dragon Ball. Tanto así que en Puchuncaví se instaló con una silla, unas hojas y lápiz en mano comenzó a hacer dibujos de la serie, los que vende a $100 y con cuyo dinero, espera poder comprar juguetes de la zaga, los que sus padres no pueden adquirir por si situación económica.
La madre -a propósito de denuncias de que el niño supuestamente vendía los dibujos para costearse los útiles escolares- señaló que ella vende paltas en las inmediaciones de una panadería en Puchuncaví, y es en el mismo lugar en donde se instala su hijo.
«Mientras yo vendo paltas, él dibuja y vende sus dibujos a cien porque quiere comprar unos monitos de dragon ball que no están a mi alcance, los útiles son responsabilidad de nosotros como padres», escribió la madre.
El niño acude al Centro Educacional El Faro, y tras hecha pública la denuncia, abundaron las ofertas de ayuda al menor.
Fuente : La Estrella